Tiempo de Gracia

Tu Vida Tiene un Propósito Mayor

Jeremías 1:5 – “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué; te di por profeta a las naciones.”

En algún momento de nuestras vidas, todos nos hemos preguntado: “¿Cuál es mi propósito?” Este es un anhelo universal. Buscamos sentido, significado y dirección. Pero la buena noticia es que no estamos solos en esta búsqueda. Desde antes de nacer, Dios ya había diseñado un propósito específico para cada uno de nosotros. La Biblia nos enseña que Dios nos conoce de una manera profunda y que nuestras vidas tienen un significado eterno, mucho más allá de lo que podemos imaginar.

Jeremías 1:5 – “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué; te di por profeta a las naciones.”

El plan de Dios para tu vida no comenzó el día que naciste. Él te conocía antes de que fueses formado en el vientre de tu madre. Este conocimiento no es superficial, es íntimo y profundo. Dios te creó con un propósito en mente, uno que es único y específico.

Salmo 139:16 nos recuerda:

“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.”

Este versículo nos revela que no somos un accidente. Dios ha trazado el plan para nuestras vidas con detalle y cuidado desde el principio.

Es vital que entendamos que somos conocidos y amados por Dios desde el principio. Esto no solo debe llenarnos de seguridad, sino también inspirarnos a vivir con propósito y confianza, sabiendo que hay un llamado divino sobre nuestras vidas.

El propósito de nuestra vida no es un azar. Es parte de los planes que Dios ha trazado para cada uno de nosotros. No es un destino incierto o algo que debemos construir por nuestra cuenta. Dios, en su infinita sabiduría, ha diseñado un plan para nosotros que incluye esperanza, paz y significado.

Efesios 2:10 nos enseña:

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

Dios no solo nos ha creado, sino que también ha preparado buenas obras para que las llevemos a cabo en su nombre. Estas obras no solo benefician a los demás, sino que también nos alinean con nuestro propósito divino.

Busca la voluntad de Dios en tu vida. Confía en que Él tiene planes para ti, no solo en lo personal, sino también para impactar a otros. Hay un llamado a vivir de acuerdo con ese propósito divino, confiando en que Dios tiene un futuro lleno de esperanza.

No solo vivimos para cumplir deseos personales, sino que Dios nos ha dotado de dones, talentos y una misión para hacer una diferencia en este mundo. Tu vida es parte de un plan global mayor que el tuyo propio.

Jesús nos recuerda en Mateo 5:14-16:

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder… Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

Dios quiere que seamos luz en el mundo, que nuestras vidas impacten a otros y glorifiquen su nombre. Él nos llama a ser parte de su plan global para la humanidad.

Cuando entendemos que vivimos para un propósito mayor que nosotros mismos, nuestras acciones, decisiones y estilo de vida cambian. Vivimos con un sentido de misión, sabiendo que lo que hacemos aquí tiene un impacto eterno. Somos parte de algo más grande, y nuestro propósito está entrelazado con los planes de Dios.

La Biblia está llena de historias de personas que, aunque enfrentaron dificultades, vivieron con un propósito mayor en mente:

  • José: Pasó por grandes dificultades, pero Dios lo usó para salvar a su pueblo del hambre.
  • Moisés: Fue salvado de la muerte para ser el instrumento de Dios en la liberación de Israel.
  • David: Aunque no fue considerado por su propia familia, Dios vio su corazón y lo levantó como rey.
  • Raab: Aunque era una prostituta cananea, Dios la usó para salvar a los espías y, más tarde, fue parte de la genealogía de Jesús.

Dios tiene un propósito divino para tu vida. No dejes que las circunstancias, el miedo o las dudas te detengan. Al igual que José, Moisés, David y Raab, Dios puede usarte para hacer grandes cosas, más allá de lo que imaginas. Te invito a rendirte por completo a Su plan y descubrir con pasión y determinación el propósito mayor que Él tiene para ti. Vive con fe y convicción, sabiendo que tu vida tiene un impacto eterno.

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